Alguien a quien quiero mucho y que como yo practica la filosofía de bata y zapatilla -la de andar por casa-, inventora de la teoría de "la certeza de la incertidumbre", que viene a decir "no hay nada más cierto como que no sabemos lo que va a pasar". Un día le puso nombre a aquellas manchas -normalmente de aceite- que son como lunares expandidos de un tono más oscuro que se instala en la ropa, sobre todo las de algodón y que por más que las laves en lavadora no salen... ella las llama manchas ecológicas, porque la prenda está lavada, por lo que, técnicamente estaría limpia, y lo demás según ella es cargar aún más al medio ambiente con productos perjudiciales.
Yo debo ser algo menos ecológica y más maniática y sin demasiado trabajo he aprendido a sacar esas manchas tan habituales sobre todo en sudaderas y pantalones.
Cuando se trata de quitar manchas de aceite de la ropa, hay que seguir dos reglas básicas: tratar la mancha tan pronto como sea posible y Nunca poner la ropa en la secadora después de lavarla. El calor fijaría la mancha en el tejido, por lo que si usamos la secadora antes de eliminarla por completo, conseguiremos que se asiente de forma permanente, convirtiéndolas en “mancha ecológica” para los restos.
Para quitar manchas de grasa, un truco casero es el de utilizar espuma de afeitar, con ella cubrimos el cerco y luego de dejar pasar unos cinco minutos, se frota bajo el chorro de agua del grifo y luego a la lavadora.
Y lo que no suele fallar es el “Cebralín”, que se usaría como la espuma de afeitar pero al quedarse luego como polvo se cepilla o sacude la ropa antes de meterla en la lavadora.
Mucha gente usa los polvos de talco o la harina, pero a mí ninguno de los dos me ha dado resultado.
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